
Postrado y obediente, adoro cada paso
y pongo una nube entre sus pies y el camino

Me gustan sus tacones altos, Diosa Altiva,
humilde siervo.

Necesito su presencia
cómo una religión pagana.

Su peso, su azote, su crueldad,
en una orgía perpetua.
Lamo, beso, adoro cada centímetro de su piel.
Fascinado ante un mundo que observo siempre
como un cachorro que le ruega amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario