miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA CITA


Aquella era la primera tarde, habíamos quedado en una cafeteria del centro, solitaria.Yo la esperaba impaciente y algo nervioso.Ella me reconocció enseguida me saludó y sentó enfrente de mi en la mesa y recibí su primera orden.Me dió su pié por debajo de la mesa lo acaricié me dijo"agáchate y lámelo" estaba muy excitado, me agaché y lo lamí suavemente, dedo a dedo.Era la gloria ,el manjar más exquisito que jamás habia probado: Bebí agua y seguí lamiendo hasta que ella lo retiró.(Continuará)

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